Hace aproximadamente diez mil años antes de la Primera Guerra entre Orcos y Humanos, el mundo de Azeroth se constituía en un solo continente, rodeado por el mar. La masa de tierra, conocida como Kalimdor, era el hogar de un sinnúmero de razas y criaturas, todas luchando por sobrevivir sobre el salvaje mundo. En el oscuro centro del continente existía un misterioso lago de energías incandescentes. El lago, el cual más tarde sería llamado el Poz
Con el tiempo, una primitiva tribu de humanoides de costurmbres nocturnas precavidamente fue haciendo su camino hacia las riberas del lago encantado. Los nómadas humanoides, guiados por las extrañas energías del Pozo, construyeron sus hogares en las tranquilas riberas del lago. Con el tiempo, el cósmico poder del Pozo afectó a la tribu, haciéndola más fuerte, inteligente y virtualmente inmortal. La tribu adoptó el nombre Kaldorei, que significa “niños de las estrellas” en su lengua primitiva. Para celebrar su creciente sociedad, construyeron grandes palacios y templos alrededor del lago.
Los Kaldorei, o ELFOS NOCTURNOS , como serían llamados más tarde, adoraban a Elune (foto), la diosa de la Luna, y creían que ella dormía en la profundidad del Pozo durante las horas del día. Los tempranos sacerdotes elfos estudiaban el Pozo con insaciable curiosidad, tratando de conocer sus intangibles secretos y poderes. Conforme su sociedad crecía, los elfos nocturnos exploraban Kalimdor para desenvolver sus misterios. Las únicas criaturas que les dieron pausa fueron los ancestrales y poderosos dragones. Las grandes bestias a menudo se comportaban reclusivos, y los elfos nocturnos descubrieron que los dragones se habían constituido en los protectores del mundo, por lo que era mejor que sus secretos no fueran revelados.
El Pozo de la Eternidad fue la llave del verdadero avance y conocimiento de los Kaldorei. Mientras estudiaban las poderosas energías del Pozo, los Kaldorei fueron imbuidos con su poder, volviéndose prácticamente inmortales e inmunes al paso de los años, por sobre todoas las criaturas de la tierra. Rápidamente aprendieron las energías del Pozo di
Con el tiempo, la curiosidad de los elfos nocturnos los llevó a conocer a una serie de poderosas criaturas, pero la más interesante de todas fue CENARIUS (foto), un poderoso semidios de los bosques primigenios. El valiente, noble y atrevido Cenarius se mostró complacido con los inquisitivos elfos nocturnos y ocupó una gran cantidad de tiempo en enseñarles acerca del mundo natural. Los tranquilos Kaldorei desarrollaron una fuerte empatía por los vivientes bosques de Kalimdor y el armonioso balance de la naturaleza.
Algunos Kaldorei creían que el uso abusivo de las magia arcana del Pozo podrían traer serias consecuencias, pero sus precavidas palabras fueron ignoradas por el resto de sus hermanos, quienes habían penetrado profundamente en el estudio de la magia. Los grandes hechiceros y magos construyeron hermosas ciudades, elaboraron impresionantes artefactos mágicos, y apacentaron el mundo de acuerdo a sus propias necesidades. Una de las más poderosas de las hechiceras Kaldorei se llamaba Aszhara, una mujer altatmente dotada que ansiaba el conocimiento de la magia arcana mucho más que cualquier otra criatura viva. Su conocimiento llegó a ser tan basto, que eventualmente los Kaldorei la coronaron como Reina de Kalimdor, y un inmenso y vetusto palacio le fue construido en las orillas del Pozo de la Eternidad.
Con el paso de las eras, la civilización de los elfos nocturnos se expandió territorial y culturalmente. Sus templos, caminos y lugares de estudio se expandieron por el oscuro continente. Azshara, la hermosa y generosa reina de los elfos nocturnos escogió
Imitando la curiosidad de los sacerdotes sobre el Pozo de la Eternidad, Azshara ordenó a los Bien Nacidos desentrañar sus secretos y revelar su verdadero propósito sobre el mundo. Los Bien Nacidos se sumergieron en su trabajo y estudiaron el Pozo concienzudamente. Con el tiempo desarrollaron la habilidad de manipular y controlar las cósmicas energías del Pozo. Conforme sus experimentos progresaban, los Bien Nacidos descubrieron que podían usar sus nuevos poderes para crear o destruir a su placer. Los ignorantes Bien Nacidos habían descubierto la magia primitiva y estaban resueltos a dedicarse exclusivamente a desenvolver sus misterios.
Sin pensar que la magia podía ser peligrosa si no se usaba responsablemente, Azshara y sus Bien Nacidos empezaron a practicar sus encantos con evidente abandono. Cenarius y muchos de los letrados elfos nocturnos advirtieron que solamente calamidades podrían resultar si se jugaba con las claramente volátiles artes de la magia. Poco a poco, Azshara y sus seguid

Conforme sus poderes crecían, un cambio distintivo empezó a ocurrir en Azshara y los Bien Nacidos. La clase alta comenzó a tornarse cruel y despreciativa con sus compañeros elfos nocturnos. Una oscura palidez cubrió la anterior belleza de Azshara. Ella comenzó a apartarse de sus amados súbditos y rechazar la interacción con cualquiera que no fueran sus sacerdotes Bien Nacidos. Esta terrible comunión tendría un terrible precio que pagar.
Un joven erudito llamado Malfurion Stormrage (foto), quien había ocupado mucho de su tiempo en estudiar las primitivas artes del druidismo junto a Cenarius, comenzó a sospechar que un terrible poder había corrompido a los Bien Nacidos y a su amada reina. Aunque no podía concebir de donde provenía este mal, sabía que las vidas de los elfos nocturnos cambiarían para siempre...
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